Las vacunas contra el coronavirus que se están utilizando o ensayando se basan en cuatro tecnologías diferentes.
Para frenar la pandemia mundial, se están distribuyendo y administrando siete vacunas contra el coronavirus en seis continentes y hay más en fase de investigación/evaluación. No todas las vacunas son iguales, se utilizan diferentes tecnologías para facilitar la generación de defensas necesarias que permitan hacer frente a la Covid-19.
En el momento actual, la Comisión Europea ha autorizado cuatro vacunas, Comirnaty, de Pfizer/BioNTech, autorizada 21 de diciembre de 2020; vacuna de Moderna, autorizada el 6 de enero de 2021; vacuna de AstraZeneca, autorizada el 29 de enero de 2021 y vacuna de Janssen/Johnson & Johnson, autorizada el 11 de marzo de 2021, y que actualmente son administradas en España.
Las vacunas de Moderna y de Pfizer/BioNTech estimulan las defensas inmunitarias a combatir al coronavirus mediante el ácido nucleico conocidas como ARN mensajero (utiliza un fragmento pequeño del código genético del virus) mientras que la vacuna de AstraZeneca Inc. y la vacuna rusa Sputnik V proporcionan estímulos inmunitarios mediante el virus inactivado, virus que se modifican genéticamente, y por tanto son inocuos ya que no tienen capacidad de reproducirse en el huésped. Estas técnicas se utilizan para transportar material genético del virus del que se quiere tener inmunización.
Una unidad de investigación de Sinopharm, farmacéutica del “China National Pharmaceutical Group Co.” Instituto de Productos Biológicos de Pekín, se basa en el método tradicional de desarrollo de vacunas: provocar las defensas inmunitarias contra un virus que es peligroso inyectando una versión modificada del patógeno. Hay otra vacuna, que aun se encuentra en la última fase de ensayo es de la empresa estadounidense Novavax Inc. y se basa en una cuarta tecnología.
En los ensayos, las vacunas han demostrado tener diferentes niveles de eficacia y diferentes riesgos de efectos secundarios. A continuación detallamos cómo funciona cada una de estas vacunas.
Código Genético
La tecnología de ARNm (ARN Mensajero) en la que se basan las vacunas de Pfizer y Moderna para generar una respuesta inmunitaria, en lugar de utilizar el virus completo, contiene una pequeña secuencia genética creada en el laboratorio, estas vacunas se basan en las proteínas de la espícula externa del virus SARS-CoV2, que son las que utilizan los anticuerpos para reconocer y combatir el virus, prácticamente estimulan el sistema inmunitario a generar una defensa, respuesta del organismo similar a la acción de con las vacunas tradicionales. Entre las vacunas para la Covid-19 actualmente en uso, las vacunas de ARNm son las que han tenido los mayores índices de eficacia durante los ensayos.
Es importante aclarar que las vacunas ARNm nunca habían sido aprobada para usarse en personas antes de la pandemia.
Basadas en Virus Inactivados
Dos de las vacunas Chinas se basan en el método tradicional de vacunación, muy parecido a las tecnologías que hay detrás de las vacunas contra la gripe o la polio. Estas vacunas tradicionales, para generar una respuesta inmunitaria que pueda proteger contra el patógeno, utilizan por lo general una forma inactiva o debilitada del virus correspondiente que se inocula al paciente. Esto hace que el sistema inmunitario produzca anticuerpos especializados para identificar y combatir/neutralizar el virus.
Después de la vacunación los anticuerpos generados permanecen en el organismo. Si el individuo se infecta posteriormente con el virus real, los anticuerpos pueden identificarlo y ayudar a neutralizarlo.
Hasta ahora, los estudios sobre la eficacia de las vacunas Covid-19 que utilizan la tecnología tradicional, han demostrado que tienen tasas de eficacia inferiores a las de otras vacunas.
Vacunas de Vectores Virales
Vacuna basada en un vector viral no replicante (utliza un adenovirus) que contiene una versión modificada de otro virus o vector (no se utiliza el virus que causa la COVID-19, sino otro virus, menos nocivo como el virus responsable de los resfriados comunes). Las vacunas utilizan este virus modificado para trasmitir las instrucciones genéticas que permitan a las células fabricar una proteína del coronavirus que codifican la expresión en superficie de la proteína S (del ingles Spike) o espícula del SARS-CoV-2.
Entre las vacunas con vector viral Covid-19 se encuentran la de AstraZeneca, desarrollada con la Universidad de Oxford y utilizada en el Reino Unido y en toda Europa, la rusa Sputnik V, y una vacuna de la china CanSino Biologics Inc, que colabora con el ejército chino.
Una cuarta vacuna basada en vector viral, es la de Johnson & Johnson, pero aun se encuentra en la última fase de validación, se cree que podría ser autorizada para su uso en Estados Unidos ya en febrero.
Recordamos que esta tecnología está detrás de algunas vacunas relativamente recientes para proporcionar protección contra otra enfermedad infecciosa mortal, el ébola.
Basadas en Proteínas
Los investigadores han desarrollado estas vacunas con el fin de generar una respuesta inmunitaria contra el coronavirus mediante la introducción de una de sus proteínas, como la proteína S de la espícula.
Los antígenos proteicos purificados de la vacuna no se pueden replicar y no pueden causar Covid-19 y según los investigadores la presencia de la proteína S provocaría que el sistema inmunitario desarrolle defensas contra el virus.
Las vacunas Covid-19 basadas en esta tecnología aún no están disponibles.
La vacuna en fase de desarrollo de Novavax, aun se encuentra en la última fase del ensayo clínico, podría validarse y lanzarse en Estados Unidos en primavera o verano, siempre que se pueda demostrar su eficacia con seguridad.