La pandemia de COVID-19 ha indudablemente alterado la calidad de la atención sanitaria para los distintos pacientes, ya que los países, para limitar la propagación del virus, se han visto obligados a establecer restricciones, aplazando o suspendiendo, algunas de sus actividades. Muchas de las instalaciones sanitarias han debido desviar algunos de sus recursos asistenciales con el fin de hacer frente al aumento del número de casos.
Por otra parte, la pandemia ha tenido como otra consecuencia un considerable impacto emocional en las personas más vulnerables, sobre todo en los pacientes mayores y a los con cáncer. Debido primero al temor por la posibilidad de contraer el virus y después de la preocupación por la posible alteración o interrupción de los procedimientos asistenciales y de tratamiento.
Durante la Conferencia Mundial sobre el Cáncer de Pulmón – IASLC 2020 – realizada en Singapur de 28 a 31 de enero 2021, investigadores de diversos países del mundo participaron en una conferencia virtual para examinar la conexión entre el cáncer de pulmón y el COVID-19. Los datos presentados expresan las tendencias de cómo la pandemia ha influido (de forma negativa) en la asistencia sanitaria del cáncer de pulmón y como el coronavirus en el último año ha tenido además un impacto significativo en el diagnóstico y pronóstico de los pacientes con cáncer. Además se han analizado también las consecuencias generadas en la salud física y emocional de los pacientes.
La doctora Roxana Reyes, del Hospital Clínico de Barcelona, presentó los resultados de un estudio retrospectivo realizado en España, estudio comparativo que apunta que la pandemia de COVID-19 ha dado lugar a un menor número de casos diagnosticados de cáncer de pulmón, pero a un mayor número de casos en que la enfermedad es sintomática, lo que a su vez ha dado lugar a una peor evolución clínica de los pacientes.
Como ha expuesto la Dra. Reyes, la primera ola de la pandemia en España fue particularmente perjudicial. Como el número de infecciones y muertes se disparó durante este periodo, se puso en marcha el estado de alarma que duró de marzo a junio de 2020 y se tuvieron que realizar cambios asistenciales fundamentales en toda la sanidad. Se obligó a priorizar los servicios sanitarios hacia los pacientes con COVID-19 lo que provocó cambios importantes en el manejo del cáncer y en los diagnósticos iniciales del mismo. En este mismo periodo, se observaron retrasos en el tratamiento y el diagnóstico del cáncer que se asociaron a mayores tasas de mortalidad.
Los investigadores españoles recogieron y compararon datos clínicos y biológicos de nuevos casos de Cáncer de Pulmón durante 2 periodos: de enero a junio de 2019 (antes del COVID-19) y de enero a junio de 2020 (durante COVID-19) de 2 hospitales terciarios de España.
El objetivo principal del estudio fue analizar las diferencias entre los dos periodos en relación con el número de nuevos casos de cáncer de pulmón, de la gravedad de la enfermedad y de las complicaciones significativas en el momento del diagnóstico. El segundo criterio de valoración fue la tasa de mortalidad a los 30 días distribuida por períodos y grupos histológicos.
De los 162 individuos con cáncer de pulmón recién diagnosticado incluidos en el estudio, la tasa de diagnósticos se redujo, se observó un descenso del 38% en los diagnósticos entre los dos periodos.
Las urgencias que se registraron durante el período 2020 con diagnostico oncológico fueron del 7% , frente al 3% diagnosticado en 2019. En concreto, los pacientes diagnosticados de cáncer de pulmón durante el marco temporal de la pandemia fueron más proclives a ser sintomáticos, o sea en un estadio mas avanzado que sus análogos anteriores a la pandemia.
«Entre los hospitalizados, la mortalidad durante la hospitalización fue del 44% frente al 17% antes de COVID».
Algunos de los datos más interesantes que la Dra. Reyes presentó se refieren a la supervivencia de los pacientes.
La mediana de la supervivencia global durante COVID-19 fue de 6,7 meses en comparación con 7,9 meses antes de COVID-19, con una mediana de seguimiento de 10,4 meses. Sin embargo, estos datos de supervivencia global son todavía prematuros. La tasa de mortalidad a 30 días en pacientes de nuevo diagnóstico aumentó significativamente con la pandemia, pasando del 25% antes de COVID-19 al 49% durante COVID-19.
«Hay una tasa de mortalidad que casi se duplicó durante la COVID en comparación con la de 2019 en ambas histologías», afirmó la Dra. Reyes.
Para aportar un mejor y más amplio entorno a los hallazgos españoles, el Dr. Jay M. Lee, del Centro Médico Ronald Reagan UCLA de Los Ángeles, expuso los datos de un estudio retrospectivo similar, pero de mayor envergadura, llevado a cabo en Corea para evaluar los efectos de la COVID-19. Sin embargo, al igual que los resultados de la Dra. Reyes, el estudio de Corea detectó un aumento significativo en el diagnóstico de la enfermedad en la fase tardía y una reducción de la detección de la enfermedad en la fase inicial, lo que sugiere un retraso en el diagnóstico.
«Es probable que la pandemia de COVID-19 perdure durante un periodo de tiempo mucho más largo de lo esperado, por lo que tenemos que hacer un verdadero esfuerzo para asegurar un buen diagnóstico y tratamiento oncológico de nuestros pacientes», subrayó Reyes.
¿Podría la telemedicina tener un papel importante en el tratamiento de los pacientes con cáncer de pulmón durante la pandemia?
Aunque gran parte del mundo ha pasado a trabajar a distancia a través del teletrabajo y a mantener reuniones virtuales, se manifestó la preocupación por la capacidad de la medicina para adaptarse a las limitaciones causadas por el COVID-19. El uso de la telemedicina ha aumentado, pero ¿qué papel podría desempeñar en pacientes con enfermedades complejas como el cáncer de pulmón?
Investigaciones anteriores han demostrado que los pacientes con cáncer de pulmón que siguen un régimen de ejercicios antes del tratamiento, un proceso conocido como prehabilitación, pueden aumentar sus posibilidades de supervivencia.
Sin embargo, un estudio realizado por Stephanie Wynne, del Guy’s Cancer Centre, Guy’s and St. Thomas’ NHS Foundation Trust, Londres, demostró que la prehabilitación virtual a domicilio es factible y puede mejorar los niveles de actividad física y la capacidad de ejercicio de los pacientes antes de la cirugía.
No obstante, el estudio demuestra el considerable impacto de la crisis del COVID-19 en la atención oncológica indicando la necesidad de cambiar de manera adecuada las decisiones de tratamiento y de continuar el seguimiento y el apoyo psico-oncológico durante esta pandemia. Por eso, muchos centros sanitarios han hecho un gran esfuerzo por mantener su calidad y rutina asistencial, la tecnología es una herramienta que esta permitiendo al médico prestar una mayor atención al paciente, y esta situación ha promovido el desarrollo de la telemedicina y otros sistemas de asistencia de apoyo.
Por ejemplo, la oportunidad de la tecnología de “big data” puede ser una realidad en todo el espectro de la atención sanitaria. A medida que mejore nuestra capacidad para analizar los datos y predecir los resultados, se descubrirán y probarán enfoques de tratamiento personalizados en tiempo real.